jueves, 11 de agosto de 2022

Vulnerables




¿Tu mamá está loca? No te enojes. Dice mi papá que el otro día estaba gritando muy feo en la noche. Que parecía que alguien se le había muerto.

-No sé de qué hablas… Mi mamá llegó del trabajo, se puso a lavar ropa, luego hizo la cena y vimos la tele antes de irnos a dormir.

-Yo digo que tu mamá tenía un novio y cortó con ella, está medio joven, todavía puede…

- ¿Qué fregados te importa? Ojalá, así como eres de metiche fueras de bueno en la escuela, no estaría aquí explicándote todo.

-Uy, te quejas, pero buen paro que te hace la verdura que les da mi papá por enseñarme, tiene razón mi Amá, si no fuera por eso, ustedes ya se habrían muerto de hambre.

- ¿Sabes qué? Hasta aquí, prefiero morirme de hambre. Doña, ya no voy a venir, muchas gracias por matarnos el hambre. Póngale cuidado a su hijo, es muy abusivo con los más chicos de la escuela, va a ir a dar a un reformatorio. ¡Ah! Y la vez que llegó y olía mucho a perfume, fue porque su angelito le echó en el lomo al gato y después le prendió fuego, por eso no ha vuelto. Adiós, buenas noches.

Traté de calmarme de camino a casa, donde ya me esperaba mi madre.

- Hola mijo, ¿Cómo te fue? Ora, ¿Por qué tan cariñoso?

- Por nada mamita, es que casi no te veo. ¿Qué te pasó en los brazos? Por cierto, ya no voy a ir a enseñarle al Brayan. Perdón amá, yo sé que nos hace falta lo que nos da Don Fito, pero, la neta, es insoportable ese plebe y ya me hartó.

-Ta bien, de alguna manera siempre salimos adelante. Yo también tengo algo que contarte. Nos vamos a ir de aquí. Tuve que demandar a mi jefe por un problema y me corrieron. Nos iremos a la frontera, donde no conozcamos a nadie. Vamos a vender lo que podamos y esta casa se la vamos a devolver al infonavit.

Hicimos todo como mi madre lo planeó. En pocos días empezamos una nueva vida. Estaba contento, había mucho trabajo con los turistas. Un par de meses después de haber llegado, mi mamá tuvo una plática seria conmigo. Me dijo que estaba embarazada, que no quería al niño pero que no quería abortar, porque si lo hacía y se moría, yo iba a quedar desamparado. Sus ojos estaban llenos de vergüenza y miedo a mi rechazo.

Se me llenaron los ojos de lágrimas, sentí que me hice adulto en ese momento. Le dije que ese bebé era mi hermanito, el que siempre había deseado y ahora se me concedía. Juré que iba a ser un buen hombre, para darle buen ejemplo y protegerlos. Y que ella iba a ser para él, al igual que para mí, la mejor madre del mundo.

Por primera vez en mi vida vi llorar a mi mamá.

- Encuentro de Escritoras "Mujeres en su Tinta" (cancelado con motivo de la pandemia)


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