jueves, 11 de agosto de 2022

Colapso

 





Se sentía muy cansada, su jefe le exigió que subiera la producción y entrenara a los nuevos, aunque era injusto tanto trabajo, no serviría de nada quejarse. Al salir, llegó a comprar unos tamales, la vendedora era tan lenta y descuidada que mientras contaba el cambio se fue el último camión. 

Para su mala suerte, esta vez no pudo rechazar el aventón que le ofreció el supervisor, soportó su coqueteo, su mal olor y su risa idiota. 

Trató de no sentir mientras todo terminaba. 

A cinco calles de su casa la empujó fuera del carro mientras le decía: "recuerda que necesitas el trabajo, no seas tonta”... 

Al recoger a su hijita sintió asco, la metió al baño y la talló, la niña no se quejaba...así la encontró su vecina al otro día.

Y desde que llegó aquí  hace ocho años sigue bañando a su niña.

-"Las cabras al monte" Antología de cuentos sobre la locura.

Hermosillo, 2016.

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